Entrevistas
mayo 12, 2015
Pizarra transparente o puente a través del que se intercambian guiños y miradas con amigos y enemigos cordiales. A veces con café, galletitas, o simples golosinas de artificio, de ida y vuelta. |
A Sombra
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A Sol
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Karina Sacerdote: “Escribo para espantar dinosaurios y otras sierpes de bífidas ponzoñas, para lavarme del tedio, la envidia y la desidia. Voy con el sentimiento en ristre, a toda marcha, y un detector de adulaciones siempre a mano.” René Rodríguez Soriano |
Sergio Ramírez: Desde una de las terrazas del Hotel Mariott, dominando una amplia porción de la bahía con pájaros asoleándose a pleno mediodía, donde hicimos un aparte con Sergio Ramírez para, además de conversar sobre su novela más reciente, almorzar y tocar algunos temas de los que rondan la vida y la obra del importante escritor nicaragüense, el downtown de Miami. | ||||
Carlos X. Ardavín. René Rodríguez Soriano vive rodeado de libros, periódicos, jazz y memorias dominicanas en un recoleto y hermoso chalet adosado en la ciudad de Miami. Desde que me abre personalmente la puerta y entro en su townhouse, constato que un país puede ser una realidad portátil, pues en la casa de René la República Dominicana lo impregna casi todo…. |
José Alejandro, Víctor Bidó y José Ignacio. ¿Qué dirán los poetas viejausanza? Luna Vásquez, por ejemplo. ¿Qué dirán todos ellos? ¿Cómo juzgarán este tiempo de tanta coca cola y teveguía? ¿Cómo entenderán a estos poetas profilácticos y peinaditos a blouer de estos días? ¿Cómo llegaran a percatarse de lo que esconden en su jerigonza los jebitos del poetismo actual? |
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Isaolym Mieses. Estudios: Algunos. Vive de: Los vecinos. Fecha de nacimiento: Según mamá un mes y diecisiete días después de la fecha en que papá me declaró. Por lo tanto, en la mediaisla cumplo años después que ya lo he cumplido aquí. Signo zodiacal: Virgo tanto para el 5 de agosto como para el 22 de setiembre… |
Manuel Salvador Gautier. Veinte años después, ya puedo considerarme a salvo de cualquier rabieta de Nandy. Confieso mi soberana torpeza por el cambio de nombres en el pie de foto donde Doi Gautier aparece como ganador de la casa que él, como representante del Instituto Nacional de la Vivienda, debió entregarle al primer ganador de la campaña de la Lotería Nacional. La sangre no llegó al río… |
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José Rafael Lantigua. Lo conozco desde hace unos diez años. Al principio, muy superficialmente, guardando las distancias informes que establecen con rigurosidad casi espartana, con actitud de veleidosa duda, los abismos de la conducta humana. Después, más hondamente, en su trajinar de poeta rompedor de cercos y proclamas… |
Maritza Álvarez. Yo no sé si ella pinta con colores o colorea los pinceles con su hablar pausado y su sonrisa eterna de “yo no fui, no estoy, ni sé si venga…” Supongo que ella canta, entre claveles y malvones, alguna melodía imperceptible y mansa. La conocí una tarde, deshojando margaritas (ella, con sus manos suyas), veníamos de San Pedro… |
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Luis Beiro. Definitivamente, René Rodríguez Soriano es un escritor fuera de lo común. De esos que tratan de sobresalir no por excentricidades individuales o inconductas, sino por la intensidad con que asumen la vida y la creación literaria…. |
Miguel Ángel Giovanetti. Viniendo desde el ámbito del diseño gráfico y apoyándose en un tipo de figuraciones y representaciones imaginarias, elaboradas a partir de la materialización de imágenes virtuales, Miguel Ángel Giovanetti se ha colocado en el ambiente plástico del sur de la Florida con una novedosa propuesta visual… |
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Taty Hernández Duran. Trece preguntas navegando el ciberespacio, trece respuestas que traducen el sueño. Trece, que trece son las sombras que no le asombran y sí alumbran las ondinas de su escritura. René Rodríguez Soriano, dominicano de Constanza. Es un cometa que nos lleva en una trayectoria directa al universo de la narrativa y la poesía. |
Carmen Hernáiz. Pasaba por ahí. Así nomás, ni siquiera recuerdo si iba hacia algún lado. Ni lirios ni laureles azotaban la calma del entorno, iba tras el poema o su inocente furia inútil, iba. Sin zapatos, creo que iba, por una calle indiferente al mar y a los guijarros, y miré. Luz encendida, vi. Y, sin tocar, subí… |
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