Una Eme Entre Las Erres

Ilustrar el trabajo de René (cuentos o poemas) siempre ha sido una aventura para mí. Siempre lo disfruto porque disfruto lo que él escribe. Él sabe cuál es mi única regla: no ilustro trabajos que no me “toquen”, así que, por muchos años, él me ha dado a leer sus textos cuando aún son borradores corregidos. He tenido libertad, como debe ser, para ilustrar lo que yo he querido, como yo he querido.

Así que ahora, cuando de repente apareció Ramón (de repente para mí, no para René que tiene una vieja complicidad con él), yo pensé: ¿bueno y ahora qué? De seguro serán cosas muy diferentes, tal vez ya no me guste ilustrar un cuento de los dos. Pues no, tanta es la compenetración y la complicidad entre ellos dos, que hasta a mí han logrado atraparme. No puedo decir dónde comienza uno o el otro. No voy a preguntar, claro. Además estoy segura que ellos tampoco van a decirme. Sí, sé que el binomio René/Ramón Ramón/René, y R y R sigue atrapándome en su telaraña, como antes lo hizo René sólo; y que yo puedo seguir haciendo lo que siempre he hecho, dibujarme a mí y a mis fantasmas, porque yo también soy personaje de ellos.

MARITZA ÁLVAREZ, PINTORA. (Editorial Jaberwocky. Santo Domingo, Abril 1994)