Pasé Con Ficha

Bastaría un apenas, un no quiero,
para empezar de otra manera el día,
hervir la radio con las papas y a cada chico darle
un cocodrilo para que huela a miedo en las escuelas
Julio Cortázar

Contenido

Juego 000
Juego 002
Juego 003
Juego 004
Juego 005
Juego 006
Juego 007
Juego 008
Juego 009
Juego 010
Todos los juegos el juego

Juego 002

Pienso, y al pensar, no estoy diciendo que sea un animal desarrollado (¡evolucionado, diría Darwin, mi felpuda mascota!). Pero vuelvo y digo, pienso que el animalito verde con la cola roja que come piedras (¡el animal, no la cola, que se sepa!), come piedras porque –ni pensarlo- hay de cables una crisis tan terrible en todo el territorio que, vuelvo y digo que, cuando digo pienso no quiero decir lo que dijo el filósofo juanfreddiano (aquello de que luego existo), sólo estoy diciendo o describiendo, mejor dicho la acción de pensar que, supongo, por supuesto, es un verbo igual que comer (con predicado complemento, como diría Malagón), piedras, porejemplo, aunque no tenga dientes ni con qué pagar un puentecito, que no es el caso del animal ni del hermano del animal ni de la amante del animal (¡uno nunca sabe!), ni cualquier otro animal que ande lejos o por los alrededores del animalito verde con la cola roja, el mismo que, según Alicia, come piedras. Porque él, -el animalito- es verde y tiene la cola roja y –por lo que tengo entendido- come piedras y no puede comer otra cosa. Cosa que, de acuerdo con los últimos adelantos de la fenomenología orgánica, sería un solemne disparate.

Juego 006

qué te parece si dejo rodar los dedos sobre el teclado y comienzo a decirte cosas como porejemplo que ahora no me acuerdo qué iba a poner después de porejemplo porque allí llegó ernesto y más atrás sergio y lo mandé a comprar papas fritas y viene fernando y me dice tienes una goma pinchada y entonces llega sergio con las papitas y bajo a ver las gomas y entonces me cabreo pero resulta que son los españoles o los argentinos u otros pendejos los que se cabrean en fin cogí esa cosa que decimos el nombre que le damos a eso que uno tiene por ahí abajo que le cuelga y cuando uno se topa o le topan por ahí ve sin ver todas las estrellas orientales y del sabor de ahí que me decido a comprar un juego de gomas nuevas pero resulta y viene a ser que no era de eso que venía a hablarte sin signos de puntuación alguno sino de que estás muy bonita y recién descubro que tienes ele be y una blusa y unos jeans que aunque no es tiempo de romper las barreras del tiempo me da la gana de decir ahora que yo viví el apogeo y decadencia de los mismos porque en el fondo estás o para que suene mejor por aquello del prurito luces riquísima o algo así como si dijéramos un manjar para un fulano que se llama o se hace llamar por su nombre propio de su propiedad y entonces vienes tú con el asunto de que ahora las gomas cuestan tanto y tendrás que comprarlas en la reguera y peter y pablo y que otra vez al teléfono wilfredo y yo qué puedo seguir diciendo en estas circunstancias si en apenas unos minutos tengo una hijeputiva reunión para resolver los problemas del país la humanidad y el estrabismo de tus ojos al amanecer

Juego 007

–Se conoce con el nombre de los símpidos a los antiguos pobladores de la meseta suprarrenal de La Alfalfa, que guerrearon solípedamente con los nísperos y sus vecinos los gélidos, y luego se establecieron linfáticamente en la ribera vaginal del Tábano. Aunque, indefectiblemente, no ha podido ser científicamente comprobada su aparición sobre la superficie terrestre, a pesar del empeño de los investigadores, se cree que en la era cuaternaria –milenios de años antes de la entrada triunfal del merengue a los salones- iniciaron los símpidos su peregrinar y florecimiento por los pliegues y médanos pendulares del Tábano y toda esa ebúrnea región, dejando sentada su cultura milimétrica y plural; residuos de la cual han llegado a nuestros días llenándonos de luz, melcocha y catibía, demostrándonos la elucubrez meteorítica de sus patafísicos conocimientos en todas las ramas del saber. Entre los grandes hallazgos aportados por estos prohombres de la humanidad al desarrollo de las ciencias y la perfumería es bueno destacar la utilidad doméstica y social del bostezo de dos puertas, inventado por los símpidos en los tiempos de las glaciaciones, cuya importancia esquemática radica en la repelencia antiescatológica y célibe a toda perorata extensa y cervical de un entendido endomingado en la túnica torcaz que generan los corpúsculos, generalmente microscópicos, que representan la unidad viva más elemental…

–¡Huuum! ¡Siéntese, Vicente!

–¡Profesora, también puedo hablar de los sóplidos!

Todos los juegos el juego

…y luego de buscarle al gato cinco patas, sacarle al maco la manteca, me pregunto: ¿a qué estamos jugando? No sé, aunque entiendo que el fuego está ahí, a flor de fósforo. Pienso lo que siempre pienso (después de malpensado soy así: buscador de lo que no se me ha perdido, encantador de cascabeles…). Alguien me dijo un día –un poco sin pensarlo- que no soy más que un trotafaldas, embaucador de clase media (porque eso de baja estofa no está en uso), en fin, estamos jugando y es posible que no sea el juego por el juego.