Celebración De La Palabra En Queda La Música

En esta novela lo que interesa es el lenguaje, el estilo, la evocación sensual y reiterativa de la felicidad amorosa en medio de la soledad ante la pantalla en blanco.

La lista de los escritores dominicanos fuera de su país es larga, pues el exilio, la emigración o la búsqueda de horizontes más propicios han determinado en gran medida el signo de los intelectuales dominicanos en los EE.UU. Entre ellos se cuenta, y de manera muy destacada, el novelista René Rodríguez Soriano.

Queda la música, publicado a mediados de 2003 en Miami, corrobora, una vez más, su alto nivel estético y artístico, su dominio magistral del lenguaje, su capacidad poética y su concentrado estilo. Se trata de una novela breve en la que una escritora, al borde de la pasión amorosa y en medio del fragor de la escritura, reflexiona sobre el amor, la literatura, la música y la vida en general.

Predomina en sus pensamientos el escepticismo y la incredulidad. El material anecdótico, lo que se nos cuenta, realmente no es lo importante en esta obra. En esta novela lo que interesa es el lenguaje, el estilo, la evocación sensual y reiterativa de la felicidad amorosa en medio de la soledad ante la pantalla en blanco. Importan los aromas, la memoria de la infancia, la música, la poesía.

Novela intelectual, de ahí las múltiples referencias y citas literarias, las intertextualidades que a veces asoman en el texto y nos descubren un amplio mundo subterráneo consagrado a la estética y al pensamiento. A ello hay que añadir un profundo contenido erótico y el empleo del lirismo como estrategia narrativa. En Queda la música se percibe más que nada al poeta que es Rodríguez Soriano, pues su capacidad fabuladora en este texto se enlaza con una notable voluntad metafórica. Celebración de la palabra y de la música, que en esta novela ostentan casi el mismo rango.

Carlos X. Ardavín | Listín Diario, 01.08.08 http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=68261