El Discurso Vibrante Y La Limpieza Imaginativa De René

René Rodríguez Soriano desestabiliza, en los tres cuentos que conforman No les guardo rencor, papá, los límites que separan lo real de lo absurdo. El cuento es, y debe ser, siempre revelación, intensidad y sorpresa. Cualquier recurso que se utilice en su estructuración debe obedecer a estas característica. Si se logra forjar un equilibrio dinámico entre la ficción reveladora y cierta realidad sustentadora y motivacional, el cuento se oferta como una masa compacta que va a trascender por sus matices sorpresivos y su efectivismo narrativo.

René Rodríguez Soriano, uno de los cuentistas jóvenes más experimentados y vigorosos de esta década, encuentra un material sólido en la realidad para ficcionar sobre ella y para impulsar y sostener sus tramas. Pero, gracias a una distintiva cualidad narrativa, el autor logra permeabilizar esa realidad quizá experimental, propia o ajena tal vez, y dirigirla hacia sus fines. De algún modo, pues, la recrea y la racionaliza, pero también la comprime y la desestabiliza, produciendo uno de los momentos más inequívocamente singulares de la cuentística joven dominicana.

El discurso de René es vibrante. Pero, igualmente, se expone con limpieza imaginativa y con un estilo incesante, al que contribuye su conocido sistema, quizá a veces desmotivante, en el uso de los signos de puntuación.

René es un cuentista de gran solidez imaginativa, forjador de una estructuración narrativa que quizás le venga de Bioy Casares o de René del Risco, dueño de un rico caudal de experiencias que vitalizan y enaltecen una cuentística como la suya, indiscutiblemente impactante y vigorosamente cautivante.

Los tres cuentos que conforman esta edición de No les guardo rencor, papá, tienen notables similitudes, pero también pronunciadas diferencias, en sus esquemas narrativos y en su configuración estructural.

En el primero (“No las mate, por favor, voy a contarle todo desde el principio”), se descubre y confirma esa desestabilización racional, sorpresiva y detonante entre lo real y lo absurdo. Discurso sobrio, sin atenuantes, sin metáforas ardientes, peculiarmente enlazado con una trama que desdibuja la realidad para enfrentarla y, en cierto modo, para padecerla.

“And I Love Her” es un cuento quizá más racional que el primero, pero el absurdo sige vigente, se enseñorea de la narración con menor vigorosidad pero con mayor efecto sorpresivo.

Y el tercero, que le da título al libro, es un cuento desgarrante, vehemente, insinuante y, de cualquier modo, irreverente. Una irreverencia de tino y ritmo que se imbrican con esmerado espíritu integrador.

Los tres son cuentos que logran con creces aquellas características de la revelación, la intensidad y la sorpresa. Revelación desnuda que apura sorpresas. Intensidad que define, amplía y acoge la revelación. Sorpresa que llega a través de una intensa y reveladora forma de referir sueños y verdades, traumas y pesares, vivencias y ficciones, y de transmitirlos mediante tramas de sorprendente dinamismo y fortaleza, para finalmente llevar las historias hacia finales concebidos dentro de marcos narrativos de fuerte contextura racional, pero también de insólitas vitalidades que sólo el absurdo proporciona y crea.

Tanto la línea argumental de estos, y otros cuentos de René Rodríguez Soriano, como su formato escritural y su estilo narrativo, contienen características diferenciatorias con otros cultivadores del género en República Dominicana, y esta distinción asegura a este joven narrador una posición de reconocimiento y valoración que el país literario dominicano deberá observar con justa y merecida atención.

JOSÉ RAFAEL LANTIGUA, Premio Nacional de Ensayo, RD. (Biblioteca, Última Hora 23 de octubre de 1989. Santo Domingo, RD)