Plan De Fuga

Plan de fuga

Pasadas las elecciones presidenciales, el 16 de mayo, me felicitaba porque esperaba que los dominicanos despegarían los ojos y los dedos de las pantallas de sus computadoras, poniendo fin, de una vez por todas, a las largas y aburridas cadenas de correos atiborrados de mensajes que iban, desde el más pedestre e ingenuo chiste, al más despiadado y sucio libelo. Quería escribir sobre el trauma perpetuo que hemos heredado; de la tediosa resaca de este sempiterno proceso electoral que nos mantiene en vilo desde el amanecer de los tiempos. Quería escribir, pero la lluvia, ay, la lluvia. no sé si sabia o despiadada, las lluvias, mal endémico que, al igual que los malos gobernantes ha devastado tanto los accidentados territorios de la isla entera.
Han vuelto las lluvias con su tufo desalmado a hacer de las suyas, y los ríos Blanco y Sile, fuera de madre, destriparon los códigos del Catastro y la Mensura; sus aguas despiadadas, como la peste que asola, invade territorios y alcobas, sumaron más luto y pesar donde de antemano había bastante. Ante la desolación y al desamparo, han retornado las lamentaciones y las campañas de solidaridad por mail, por radio, prensa y televisión. Y más de un fantoche se ha desgarrado las vestiduras en público para elevar su voz por los desposeídos que, una vez cada cuatro años son tema de campaña, son noticia, son verbo, sustantivo, razón de ser de las más hueras en insinceras propuestas.
En medio del dolor y la desesperación, cabría preguntarse qué lenguaje cifrado nos traen estos fenómenos naturales que, a fuerza de su repetición devienen en fenómenos sociales, políticos, y sobre todo, económicos. Hace rato que hace tiempo que debimos poner los ojos previsores sobre esa realidad que crece y sobrepasa las orillas de la pantalla, con la que se quieren tapar los ojos los que no ven más allá de sus narices y sus sueños y visiones. Huele mal y está poblada de deslustrados colores. Llorar sería una cobardía más, reinventarla es el reto.
No tengo ganas, no tengo tiempo para oír o leer a los summa cum laude, los siempre en tránsito, los expeditos, los altamente proclamados especialistas en problemática, con su camaleónica verborrea llorar sus lágrimas de cocodrilos, pintar murales en el aire. yo quería escribir sobre SOLUCIONÁTICA, yo quería salir del sempiterno hoyo, respirar.

Sabado 29 de mayo del 2004 El Caribe