Las Raíces De René Rodríguez Soriano

En el 1981se publicó la segunda edición del libro de poemas Raíces con dos comienzos y un final de René Rodríguez Soriano. Esa edición era muy superior a la primera, los textos nos lucían más trabajados, a tal grado que uno sentía como redescubrir cada poesía.

En Raíces con dos comienzos y un final la temática de la tierra y sus numerosas implicaciones se deja sentir a todo lo largo de la obra. Con versos ágiles Rodríguez Soriano nos sumerge en ese ambiente provinciano:

he aquí hombre raíz
la tarde oculta que muerde
las entrañas
de esta tierra que parcela tras parcela
destila
hombres hambre y miseria
por los recodos del campo
he aquí una historia
una puerta sin salida
con la entrada en las manos
para que la empuñemos

Más que su provincia natal, Constanza, es cualquier provincia de América Latina: la presencia del terrateniente, el campesino sin tierra, la corrupción, la represión y esa nostalgia rural que no se arranca del corazón de ningún emigrante:

y eran tus pechos
y era pensar
saber
que después de las siete pe eme
las calles eran de ellos
también tú
tus dos hermanas
y el billar

De esa visión de la provincia el poeta logra acertadamente darle particularidades que la definen. Esto podemos comprobarlo en su poema un pueblo:

mildoscientostantos metros
sobre el nivel del mar
ochocientos reclutas
noventa putas
cuarenta prostitutas
tres adulones
y un síndico

en la definición de una parcela, el poeta nos pinta fielmente la explotación del campesino sin tierra, condenado a trabajar predios ajenos por un mísero salario:

porción de hombres
girando
por los arcos
tangentes
y secantes de los días
tras la caza fatigante y estrujada
de unocincuenta
y un dolor de cabeza
en todo el cuerpo

Más aún, Rodríguez Soriano profundiza en ese espejo de la realidad en el texto jornalero:


que al fornicar el surco
engendras vida y verdor
tienes todos los atributos
y el don
de ser dueño de más de siete pies
y tus huellas

Consciente de que no todo puede ser un simple planteamiento de las cosas sin dar soluciones, el autor impregna en varios poemas la cuota necesaria de esperanza:

esta cosecha
para cultivarse
sencillamente espera
la tierra despojada
libre
y simplemente
llana
que parcelan

O cuando, en otro texto, le dice al viento:

dame el calderón un compás
y cinco claves para entonar para siempre
con ellos
y junto a ellos
furia canción de tierra
que alcance a todo el hombre

Y, finalmente, lo reafirma en el homenaje a la mártir campesina Florinda Soriano (Mamá Tingó):

que mil manos se levanten
y extraigan
de los ovarios de la tierra
la cosecha madura de una tierra
propia
y repartida por los hijos
de los hijos

Otro tema que no queremos pasar por alto es el amor, que aflora en el libro con tanta vigencia como la problemática de la tierra. En el poema ascensos se establece un paralelismo:

sobre mí
libros
fríos
tardes
malasnoches
y sueños
sobre ti
rasos
cabos
sargentos
sargentos
y sargentos

la presencia de los militares hasta en la vida sentimental de las muchachas sale a relucir en la mayoría de los textos de amor:

sé que aprendiste la lección de amar
a oscuras
con el soldado de paso
y que el lecho ya marchito
mil vacas lo habrán rumiado

En otro poema lo reafirma:

cuando aún creía
que amar era mirar las flores
tú al viento echabas a florir tus senos
y detrás de la iglesia
fecundabas las tardes
en la fotosíntesis
de un suspiro
con el teniente de los ojos verdes

Pero dentro de los poemas de amor el que creemos más logrado es no te perdí, donde el lirismo fluye con sencillez y espontaneidad:

no te perdí porque no te encontré
en la bruma clara de mis tardes
entre las coles
y eso que me enristré a tus sueños

Y al final expresa:

no nos perdimos por no pertenecernos
igual que estas calles
que nos ofenden
con su hormigueo de camuflaje

El humor, la síntesis, la reducida retórica, los neologismo, el trabajo del lenguaje, el tono coloquial, son elementos que se conjugan y sostienen en Raíces con dos comienzos y un final, libro de poesía que se lee de un tirón y nos pone de frente a un joven escritor que con este libro de iniciación nos demuestra garras para el oficio “bárbaro” de poeta. Esto, señores, sin necesidad del clásico reenvío al futuro. Es un poeta y punto.

TOMÁS CASTRO BURDIEZ, Premio Nacional de Poesía. (Aquí, de La Noticia. 15 de octubre de 1983. Santo Domingo, RD)